Rojeces en la piel: causas y soluciones
Las rojeces afectan sobre todo a personas con piel sensible y suelen aparecer en mejillas, nariz o frente. Pueden causar molestias como picor o tirantez, y alterar la apariencia de la piel.
¿Qué las causa?
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Piel sensible: Reacciona fácilmente a productos, clima o estrés.
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Clima extremo: Frío, viento o calor resecan e irritan la piel.
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Sol: Aumenta la inflamación y agrava afecciones como la rosácea.
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Cambios hormonales: El embarazo, la menopausia o el ciclo menstrual pueden aumentar la sensibilidad.
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Estrés: Favorece el enrojecimiento facial.
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Productos irritantes: Alcohol, fragancias o ciertos conservantes pueden causar reacciones.
Cómo prevenirlas y calmarlas
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Limpieza suave: Evita sulfatos o agua caliente. Usa limpiadores específicos para piel sensible.
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Hidratación constante: Ingredientes como niacinamida, ceramidas o centella asiática ayudan a calmar y reforzar la piel.
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Protección solar diaria: Elige filtros físicos (óxido de zinc, dióxido de titanio).
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Evita cambios bruscos de temperatura.
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Exfoliación suave (opcional): Con AHA o PHA, máximo 1 vez por semana.
Ingredientes que ayudan
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Niacinamida: Calma y refuerza la barrera cutánea.
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Centella asiática: Regenera y reduce la inflamación.
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Extracto de regaliz: Calma, unifica el tono.
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Ceramidas: Restauran la barrera de la piel.
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Complejos antirojeces: Como Rosmarinyl o Gallyl glucoside, reducen visiblemente el enrojecimiento.
Cuidados adicionales para piel con rojeces
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Compresas frías: Alivio inmediato.
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Mascarillas calmantes: Aloe vera, manzanilla, ácido hialurónico.
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Evita alcohol y tabaco: Irritan y empeoran las rojeces.
Las rojeces no solo afectan a la estética, sino también al confort de la piel. Con una rutina adaptada, productos adecuados y evitando factores irritantes, es posible calmar la piel, reducir el enrojecimiento y mejorar visiblemente su aspecto y bienestar.