Bálsamos
La palabra bálsamo o sus sinónimos, ungüentos y pomadas, nos trasladan al inicio de la cosmética, al mundo antiguo, a las boticas de antaño…, muy utilizados por sus propiedades. Y estas funciones siguen ocupando un papel relevante en el cuidado de la piel. Altamente hidratantes, regenerantes, calmantes y reparadoras de pieles dañadas, deshidratadas, sensibles y aquellas que necesitan de un cuidado extra. Son formulaciones cosméticas muy emolientes, ricas en mantecas y aceites, además de otros activos dirigidos a calmar, proteger y reparar la piel.
Los bálsamos tienen, de forma general, numerosos usos. Desde su función en pieles deshidratadas, hiperqueratósicas… hasta su uso como desmaquillante o como mascarilla hidratante.
Los bálsamos, junto al tónico, fueron las primeras fórmulas de la marca, equilibrio para la piel.